El señor de los anillos
No reluce todo el oro,
ni está perdido todo aquél que vaga;
perdura lo añejo, si es vigoroso,
y a sus raíces no llega la escarcha.
De las cenizas despertará un fuego,
una luz de las sombras brotará.
La espada rota forjarán de nuevo,
el destronado volverá a reinar.
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